lunes, 7 de marzo de 2016

7 MARZO

“Esto entraña una ironía: la persona que intenta manipularte lo hace porque considera que tienes más fuerza o poder que ella”. George H. Green

Casi todos recurrimos a la manipulación de vez en cuando para conseguir algo que queremos. A veces nuestras manipulaciones son inofensivas, incluso festivas. Las dos personas están conscientes de que se está dando una manipulación de bajo nivel. Ambas desean básicamente que el manipulador se esfuerce tanto por conseguir: salir a cenar, al cine, a pasear por el parque. No es algo del otro mundo.

En otras ocasiones, las apuestas son mayores y las personas involucradas  no las aceptan. En estos casos las manipulaciones pueden ser perjudiciales. Cuando no sabemos lo que queremos, cuando no señalamos claramente a los demás –o nosotros mismos no sabemos- lo que sentimos, entonces se da una manipulación.

Unas veces las manipulaciones son conscientes y deliberadas; otras son intentos inconscientes, ocultos, por conseguir lo que queremos.

“Si un encuentro te deja con un mal sabor de boca, es probable que entrañe una manipulación de algún tipo”. ¿No es irónico que a veces el mismo sentimiento que intentamos negar es precisamente el que necesitamos sentir para cuidarnos?

La próxima vez que enfrentes una situación que te deje con un mal sabor de boca, concédete un momento para examinar si no entrañó una manipulación. Cada vez que los demás traten de manipularte, recuerda que es porque consideran que tienes algo que ellos quieren o que eres más poderoso que ellos. Si eres lo bastante poderoso para ser blanco de sus manipulaciones, también debes ser lo bastante poderoso para cuidar de ti mismo.


“Hoy podré deshacer mi creencia de que debo manipular a los demás para conseguir lo que quiero. Impediré que los demás me manipulen”.   

Buen día

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