18 MARZO
Me he dado cuenta de
que tengo que perdonar a otros en todas las situaciones a fin de mantener un
verdadero progreso en mi vida. Puede que, a primera vista, la importancia vital
del perdón no me resulte obvia, pero debo insistir fuertemente en ello.
Tengo que perdonar las
injurias, no solamente con palabras, o por cumplido, sino con mi corazón. No
hago esto en beneficio de la otra persona, sino por el mío propio. El
resentimiento, la ira o el deseo de ver que alguien sea castigado son cosas que
corrompen mi alma. Tales cosas me encadenan a mis dificultades. Me atan a otros
problemas que no tienen nada que ver con mi problema original.
“El amor y la
tolerancia para con otros son nuestro código”.
Buen día
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