3 MAYO
Desprendimiento. Al
principio puede parecer frío, un rechazo, una usencia total de cariño. Pero he
llegado a creer que el desprendimiento es, verdaderamente, un don maravilloso:
estoy brindando a mis seres queridos el privilegio y la oportunidad de ser
ellos mismos.
No quiero interferir
en las oportunidades que alguien pueda tener de descubrir la alegría y la
confianza en sí mismo que pueden acompañar los logros personales. Si estoy
constantemente interviniendo para protegerlos de experiencias dolorosas,
también estoy causando un gran perjuicio.
Para mí es penoso ver
sufrir a otra persona o pensar que sigue un rumbo que creo lleva al dolor.
Muchas de mis intenciones de rescatar a otros han tenido su origen en mi deseo
de ahorrarles este sufrimiento. Hoy estoy aprendiendo a experimentar mis
propios temores, aflicciones y angustias. Esto ayuda a reconocer el mismo
proceso de crecimiento en otros, porque conozco directamente los dones que
produce.
“A veces implica más
cariño hacer que otra persona experimente las consecuencias naturales de sus
actos, aunque esto sea doloroso para ambos. A la larga, los dos saldremos
beneficiados. Hoy voy a poner el amor al frente de mi vida”.
Buen día
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