10 MAYO
La mayoría tenemos
pánico de mirarnos, de indagar dentro. Tenemos miedo de que si examinamos
nuestras acciones y motivaciones, descubramos un agujero negro sin fondo de
egoísmo y odio. Pero al hacer el inventario de nuestra vida veremos que esos
temores eran injustificados. Somos humanos –como todo el mundo- ni más, ni menos.
Todos tenemos rasgos
de personalidad de los cuales no estamos especialmente orgullosos. En un mal
día, quizás pensamos que nuestros defectos son peores que los de nadie. Por
momentos dudamos de nosotros, cuestionamos nuestras motivaciones, y hasta nuestra
misma existencia. Pero si pudiéramos leer la mente los demás, veríamos los
mismos conflictos. No somos ni peores ni mejores que nadie.
Sólo podemos cambiar
lo que reconocemos y comprendemos. En lugar de seguir asustados de lo que
tenemos enterrado dentro, podemos sacarlo a la superficie. Ya no nos asustará,
y la brillante luz que arroja el conocerse a sí mismo hará florecer nuestra
nueva vida.
“Tengo miedo de lo que
no conozco. Expondré mis miedos y dejaré que se desvanezcan”.
Buen día
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