27 MAYO
A veces nos parece que nuestros problemas son más de lo que podemos soportar. Estamos tan sumergidos en ellos que nos resulta imposible imaginar una solución. Querer apartar nuestro pensamiento de esta condición frenética, sería lo mismo que si tratáramos de levantarnos tirándonos de las correas de los zapatos.
Sin embargo, es posible escapar de cualquier condición difícil si aprendemos a utilizar la palanca provista de nuestra nueva vida. Ésta siempre está a nuestro alcance, lista para darnos el impulso que necesitamos. Cuando decidimos utilizarla, entonces alcanzamos a ver más allá de las apariencias. Hoy decidimos que esto es mirar en perspectiva a nuestras dificultades en lugar de fijar en éstas nuestros pensamientos.
“No importa qué ocurra hoy, pensaré en ello como si fuera un desafío que soy perfectamente capaz de enfrentar. Si se trata de algo bueno lo recibiré, agradecido, como un don especial. Pero si no es bueno, lo encararé lo mejor que pueda, sabiendo que pasará si no le permito abrumarme. No dejaré que lo bueno me torne complaciente, pero tampoco dejaré que lo que no es bueno me ahogue en la desesperación”.
“Las cosas no siempre salen como uno quiere. Aceptemos el chasco con serenidad; cultivemos el don del silencio cuando hablar podría agravar la dificultad”.
Buen día
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