12 DE NOVIEMBRE
Sólo por hoy, trataré de vivir únicamente este día, sin
abordar a la vez todo el problema de la vida.
Puedo hacer en doce horas cosas que me espantarían si tuviese
que mantenerlas durante una vida entera.
Sólo por hoy seré feliz.
Esto supone que es verdad lo que dijo Abraham Lincoln, que,
“la mayoría de las personas son tan felices como deciden serlo”.
La felicidad es algo interior, no es asunto de fuera.
Sólo por hoy, trataré de vigorizar mi espíritu.
Aprenderé algo útil.
No seré un haragán mental.
Leeré algo que requiera esfuerzo, meditación y concentración.
Sólo por hoy, trataré de ajustarme a lo que es y no trataré
de ajustar todas las cosas a mis propios deseos.
Aceptaré mi familia, mis obligaciones y mi suerte tal como
son y procuraré adaptarme a todo ello.
Sólo por hoy ejercitaré mi alma en tres modos.
Haré a alguien algún bien sin que él lo descubra.
Y haré dos cosas que no me agrade hacer, solamente como dice
William James, para ejercitarme.
Sólo por hoy, seré agradable. Tendré el mejor aspecto que
pueda, me vestiré con la mayor corrección, hablaré en voz baja, me mostraré
cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie, no encontraré
defectos en nada y no intentaré mejorar o regular a nadie que no sea a mí
mismo.
Sólo por hoy tendré un programa.
Consignaré por escrito lo que espero hacer cada hora.
Cabe que no siga exactamente el programa; pero lo tendré.
Eliminaré dos plagas: la prisa y la indecisión.
Sólo por hoy, tendré media hora tranquila de soledad y
descanso.
En esa media hora pensaré, a fin de conseguir una mayor
perspectiva de mi vida.
Sólo por hoy, no tendré temor y especialmente no tendré temor
de ser feliz, de disfrutar lo bello, de amar y de creer que los que amo, me
aman.
Kenneth L. Holmes