21 NOVIEMBRE
Sólo por hoy nada
temeré. Si se me nubla la mente con terrores desconocidos, averiguaré su origen
y descubriré su irrealidad. Lo que
sucedió ayer no debe preocuparme hoy.
Hoy es un nuevo y
brillante día, y puedo lograr que sea bueno sólo con mi forma de pensar acerca
de él y con lo que puedo hacer con él.
Si vivo solamente el
día de hoy, no tendré tan fácilmente temores de lo que pueda ocurrir mañana. Si
me concentro en las actividades del día, no habrá lugar en mi vida para la
inquietud ni la preocupación. Ocuparé cada minuto del día con algo bueno:
visto, oído o cumplido. Después, cuando termine, podré reflexionar acerca de él
con satisfacción y serenidad.
Buen día
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