martes, 15 de noviembre de 2016

15 NOVIEMBRE

15 DE NOVIEMBRE

¿Serenidad? ¿Qué es eso? Durante años me sentí como una veleta que giraba empujada por las corrientes de aire producido por los otros.  Todos me criticaban y yo perdía la serenidad. Antes atribuía estos altibajos de mi estado de ánimo al nerviosismo, la falta de seguridad en mí mismo y a cualquiera que se encontrara cerca de mí en ese momento. La serenidad siempre me parecía fuera de mi control. Estaba convencido de que necesitaba estar tranquilo para sentirme sereno, así que me retiraba a mi cuarto y dormía siestas con frecuencia.

Hoy ya no tengo que retirarme a lugares tranquilos con la misma frecuencia. Ya no tengo que huir ante la vida. Incluso a veces puedo permanecer en una atmósfera frenética y dejar que me envuelva en su torbellino sin sentirme afectado. Puedo no responder cuando mi mente se adentra en las aguas turbulentas del “qué pasaría si”.  Puedo sentarme en la quietud del presente y agradecer el sonido de la lluvia que cae sobre el techo y el ronroneo del gato a mi lado. En mi gratitud experimento la serenidad que nunca antes conocí.

¿De dónde proviene esta serenidad? Proviene de la confianza que tengo en que todo en mi vida es exactamente como debería ser. La siento cuando aplico un lema a algún asunto en lugar de dejar que el pánico se apodere de mí. Aparece  cuando decido ocuparme de mí mismo en lugar de solucionar los problemas de los demás.

“Soy incapaz ante muchas cosas, pero mi serenidad no es una de ellas”.


Buen día

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