8 DICIEMBRE
¿Me he detenido alguna
vez a pensar que el impulso a “aliviar las válvulas” y decir algo cruel o
incluso perverso me dolerá mucho más a mí, si se le da seguimiento, que a la
persona a quien se dirige el insulto? Debo constantemente calmar mi mente antes
de actuar con impaciencia u hostilidad, porque mi mente puede ser,
verdaderamente, la enemiga más aguerrida que haya conocido jamás. ¿Miraré antes
de saltar, pensaré antes de hablar, y trataré de evitar la obstinación lo que
más pueda?
“Que hoy recuerde que
mis estallidos y explosiones de ira, cuando sean torrentes de acusaciones o
insultos, me afectan tanto a mí como a la otra persona. Que no permita que mi
enojo llegue al punto de estallar, reconociéndolo a medida que avanzo y
declarándolo como un hecho.”
Buen día
No hay comentarios:
Publicar un comentario