24 MAYO
En el pasado, cuando
alguien no estaba de acuerdo conmigo lo consideraba un fracaso personal. Si
hubiera utilizado las palabras, ropas, opiniones, escuela, hogar, amigos, o
amantes adecuados, habría podido ubicarme.
¿Y qué me parecían los
demás? Felices, seguros de sí mismos; me
daban la impresión de que sabían todas las respuestas. Pero por mi apariencia,
la gente creía que también yo era tolerante y feliz. Si podían equivocarse
tanto respecto a cómo me sentía realmente, ¿no podría yo también tener algunas
ideas erróneas respecto a sus sentimientos? Después de todo, no sería yo la
única persona que disimulara tan bien. ¿No estaba comparando mi interior con el
exterior de otras personas?
Hoy estoy aprendiendo
que alguien puede estar en desacuerdo conmigo sin que ninguno de los dos esté
equivocado. Cuando nadie debe estar equivocado, todos podemos ocupar un lugar,
tal como somos.
“Si comparo, salgo
perdiendo. Quizá en esta ocasión acabe sintiéndome mejor que otra persona, pero
con seguridad la próxima vez me sentiré peor. La mejor manera de dejar de
sentir que no soy lo bastante bueno es renunciar por completo a hacer
comparaciones”.
Buen día
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