26 FEBRERO
Algunos días no salen
como quisiéramos. Nuestros problemas pueden ser sencillos como el cordón roto
de un zapato o tener que hacer fila en el supermercado. O quizás nos pase algo
mucho más grave, como la pérdida de un trabajo, de un hogar o de un ser
querido. En cualquiera de los casos, a menudo terminamos buscando la forma de
evitar sentimientos en vez de reconocer simplemente que son dolorosos.
Nadie nos promete que
todo va a salir como queramos, podemos estar seguros de que la vida continúa.
Nos enfrentaremos a días buenos y malos, a sentimientos agradables y dolorosos.
Pero ya no tenemos que huir de ninguno de ellos.
Podemos sentir dolor,
pena, tristeza, ira, frustración… todos esos sentimientos que en una época
evitábamos. Descubrimos que podemos sentir todas esas emociones. No nos
moriremos ni se acabará el mundo porque tengamos sentimientos desagradables.
Aprendemos a confiar en que podemos sobrevivir a lo que nos brinde el día.
“Demostraré mi
confianza en la vida viviendo este día tal cual es”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario