15 FEBRERO
La confusión puede ser
un regalo de la vida. Al recordar ciertas situaciones en que tenía una
necesidad desesperada de soluciones
inmediatas, me doy cuenta de que a menudo no estaba listo para actuar. Cuando
estuve totalmente listo, la información que necesitaba estaba a mi alcance para
que yo la tomara.
Cuando sé demasiado
acerca de las opciones que tengo antes de que sea el momento oportuno para
ejercerlas, tiendo a usar esta información sólo para volverme loco. Es por ello
que hoy, cuando me siento confundido, trato de considerarlo una ventaja. Puede
que aún no sea el momento de actuar.
Creo que encarar la
confusión puede asemejarse a cocinar. Si el pan no está cocido, no lo saco del
horno ni insisto en que es hora de comer. Dejo que termine de cocinarse, Si aún
no ha aparecido una solución clara a un problema, puedo confiar en que
aparecerá en el momento preciso.
“Agradeceré a la vida
toda lo que viva hoy, aunque me sienta atribulado o confundido. Sé que cada
experiencia puede representar un regalo. Lo único que tengo que hacer es estar
dispuesto a ver mi situación a la luz de la gratitud”.
Buen día
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