lunes, 8 de febrero de 2016

8 FEBRERO

A medida que descubro mis propios defectos y los encaro, también mis buenas cualidades se revelarán con la misma realidad. Ojalá que yo sepa reconocerlas para que no sólo compensen mis faltas, sino que me den una base sobre la cual progresar. Si reconozco que soy bondadoso, tolerante, generoso, honrado y paciente, debe complacerme por estas cualidades constructivas. Ellas hacen posible que me sienta a gusto conmigo mismo; además, son aliadas poderosas para eliminar los defectos que obstruyen mi serenidad.

Es tan engañoso no reconocer lo que uno tiene de bueno como justificar lo que tiene de malo. Esta falsa humildad estorba tanto como la arrogancia. El propósito del examen de nuestro carácter, con tanta objetividad y honradez como nos sea posible, no es para exagerar la culpabilidad por carecer de algo, sino para usar lo bueno en superar las faltas.

“Trataré de comprenderme primero  a mí mismo; así estaré tan ocupado que no tendré tiempo para analizar ni censurar a las personas de mi alrededor”.


Buen día

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