9 JULIO
Recuerdo que de niño
me subía a los árboles para poder observar mejor un nido con pichones, y me
acostaba pensando qué se sentiría al caer un cielo lleno de nubes. Todavía
afloran en mí sentimientos profundamente
espirituales cuando estoy en contacto con la naturaleza y hoy creo haber
descubierto por qué.
El lema “un día a la
vez” y la naturaleza me brinda maravillosos modelos para imitar.
Los árboles no se
preocupan por los fuegos en los bosques. El agua del estanque no se irrita por
la turbulencia aguas arriba. Y nunca he visto a una mariposa meterse en los
asuntos de los demás. Todo lo creado se ocupa de su propia existencia. Si
mantengo los ojos abiertos, yo también puedo aprender a hacer lo mismo.
“Se puede aprender
mucho como resultado de circunstancias dolorosas aunque no sean mis únicas
maestras. Vivo en un mundo lleno de maravillas. Hoy voy a prestarle atención a
su delicada sabiduría”.
“Descubrí el secreto
del mar al meditar acerca de una gota de rocío”. Kahlil Gibran.
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