30 JULIO
Me han dicho
con frecuencia que la felicidad es algo interior, y que casi siempre puedo ser
tan feliz como me proponga. Sin embargo muchas veces la felicidad es efímera.
Sé que no es realista pretender estar siempre feliz, pero creo que alcanzaría
este objetivo más a menudo si me comprometiera con más firmeza con mi decisión
de ser feliz. A veces me decido por la felicidad para luego abandonarla a la
primera señal de un problema. ¿Cuán firme puede ser este compromiso si permito
que aun los más pequeños obstáculos me roben mi sensación de bienestar?
Un compromiso
implica mucho trabajo, es una disciplina. Cuando tomo una decisión debo
preguntarme qué quiero en realidad, y si estoy dispuesto a esforzare por ello.
Es difícil romper viejos hábitos. Como tengo la vieja costumbre de encarar mis
problemas haciéndome la víctima, no va a ser fácil mantener firme mi decisión
de ser feliz. Un cambio de actitud puede
ayudar: quizás pueda considerar los problemas como oportunidades para apoyar
más firmemente mis decisiones. O sea, cada obstáculo puede fortalecer mi
propósito –yo quiero ser feliz.
“Cuando tomo
una decisión y me atengo a ella, aprendo que mis decisiones tienen significado
y que soy digno de confianza. Hoy tengo la oportunidad de comprometerme con una
de mis decisiones”.
Buen día
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