12 JULIO
El cambio es una parte
del flujo de la vida. A veces nos frustramos porque parece llegar muy
lentamente. También, nos resistimos al cambio que parece habérsenos impuesto.
Debemos recordar que el cambio, en sí mismo, ni nos ata ni nos libera. Sólo
nuestra actitud hacia él puede atarnos o liberarnos. A medida que aprendemos a
fluir con el río de la vida, rogando para recibir un consejo sobre cualquier
cambio que se presente, nos sentimos dispuestos a actuar. ¿Estoy dispuesto a
permitir que la vida esté en los controles, guiándome a través de los cambios
que debo hacer y en las acciones que debo tomar?
“Cuando el cambio
llega demasiado rápido, o no lo suficiente para mí, ruego que pueda ajustarme
para usar la libertad que me ofrece mi nueva vida”.
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