4 JULIO
Hay que aprender
diariamente a tener confianza y calma en medio de las tormentas de la vida. Sea
cual sea la dificultad o trastornos que pueda traer el día, el deber hacia mí
continúa siendo el mismo. Hay que ser agradecido, humilde, tranquilo y amoroso
con todo el mundo, dejar en cada alma lo mejor, por haberla conocido o escuchado.
Esto debe ser la actitud con todas las personas; un deseo genuino de ayudar y
un espíritu de contagiosa tranquilidad y confianza. Tenemos la solución para la
soledad y el temor, que es una tranquila fe en la bondad y propósito del
universo.
Hoy permaneceré
tranquilo en medio de las tormentas. Quiero transmitir esta tranquilidad a
otros que se encuentren solitarios y llenos de temor.
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