miércoles, 31 de agosto de 2016

31 AGOSTO

31 AGOSTO

A menudo he intentado cambiar a otras personas para satisfacer mis propios deseos. Sabía lo que necesitaba y si esas necesidades no eran satisfechas, el problema residía en otra persona. Buscaba a alguien que siempre estuviese disponible pero que no exigiera demasiado. Recordando el pasado, me parece haber estado buscando a una mascota en vez de a un ser humano. Naturalmente, esta actitud creaba tirantez en mis relaciones.

Estoy aprendiendo que hay una diferencia entre lo que espero y lo que necesito. Ninguna persona puede ser todo para mí.

Una vez más encaro el examinar mis propias actitudes. ¿Qué es lo que espero? ¿Esta es una expectativa realista? ¿Respeto la individualidad de otras personas o sólo las partes que satisfacen mis antojos? ¿Valoro lo que recibo?

“El tratar de cambiar a otros es futil, tonto y ciertamente no un acto de amor. Hoy, en lugar de suponer que ellos constituyen el problema, puedo mirarme a mí mismo y ver qué cosas necesito cambiar en mi interior.”


Buen día

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