29 AGOSTO
¡Cuántas de mis
frustraciones y chascos se deben a que espero demasiado! Es bueno proponerse
normas elevadas, pero solamente si estamos preparados para aceptar con
imperturbable serenidad los resultados cuando éstos son menores de lo que
esperamos.
“Aprenderá a recibir
de buen agrado las cosas cuando éstas sean menos de lo que yo esperaba, y
estaré dispuesto a aceptarlas y a apreciarlas. No esperaré demasiado de los
demás, ni siquiera de mí mismo. La paz proviene de aceptar con gracia lo bueno
que nos toca, sin protestar ante la vida porque no es mejor de lo que es. Esta
sana actitud no significa bajo ninguna circunstancia resignación, sino
aceptación realista”.
Buen día
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