25 AGOSTO
¿He logrado alguna vez
algo bueno mientras mis emociones se agitaban histéricamente? ¿Me doy cuenta de
que reaccionar por impulso, diciendo lo primero que me viene a la cabeza, va en
contra de mis propósitos? Nada puedo perder por detenerme a recordar el lema:
“Hazlo con calma”. Se reducirá cualquier crisis a un tamaño manejable si espero
un poco mientras pienso qué conviene hacer mejor. A menos que yo esté seguro de
estar arrojando aceite sobre aguas borrascosas y no al fuego ardiente, lo mejor
será no hacer ni decir nada hasta que todo esté tranquilo. “Hazlo con calma”.
“Puede ser necesario
un poco de dominio de sí mismo para alejarse de la confusión y los conflictos.
Pero es una protección maravillosa para mi paz mental. A menos que yo sea capaz
de hacer o decir algo que calme la tormenta, sólo me infligiré castigos a mí
mismo. Y cada pequeña batalla conmigo mismo que yo gane, hará que la próxima
sea más fácil. Lo tomaré todo con calma, porque… mañana todo me parecerá mucho
menos importante”.
Buen día
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