lunes, 22 de agosto de 2016

22 AGOSTO

22 AGOSTO

¿Qué hago si una espina o una astilla se me introducen  en la mano? La saco lo más pronto posible. Seguramente no la dejaré allí, doliéndome, hasta que se infecte la herida y la infección me invada todo el cuerpo.

Sin embargo, ¿qué hago con las espinas  de resentimiento y odio cuando invaden mis pensamientos? ¿Las dejo allí y permito que crezcan mientras aumentan mis sufrimientos?

Es verdad que el resentimiento y el odio son más difíciles  de sacar de nuestros pensamientos que extraer una espina de un dedo; pero tanto depende de ello, que trataré de hacer cuanto pueda para eliminarlos antes de que pueda esparcirse el veneno.


“Si realmente no quiero que se me hiera, y si estoy seguro de que la autocompasión no me da cierta satisfacción, tomaré las medidas necesarias para librar mi mente de emociones y pensamientos dolorosos. La mejor forma de hacer esto no es tratando de ejercitar resueltamente mi fuerza de voluntad, sino reemplazando las ideas hirientes con pensamientos de amor y gratitud”.

Buen día 

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