27 AGOSTO
Durante
períodos de mucha tensión, es probable olvidar una comida, esforzarnos hasta el
agotamiento y pasar por alto nuestras necesidades básicas. En medio de una
crisis, el tomarse el tiempo o respirar aire fresco puede parecer una pérdida
de valioso tiempo. No parece haber suficientes horas en un día y algo se tiene
que sacrificar. Pero, ¿estamos escogiendo sabiamente?
En los
momentos que más necesitamos cuidarnos, es probable que hagamos lo contrario.
Al decidir que nuestras necesidades no son importantes o que estamos muy
ocupados, saboteamos nuestros mejores intereses. En tiempos de crisis, debemos estar en óptimas condiciones,
esforzándonos por ingerir alimentos nutritivos, dormir bien, reposar y dedicar un momento de intimidad a
nuestro Poder Superior. Así nos fortalecemos física, mental y espiritualmente
lo que puede mejorar una situación difícil.
“Soy el único
que puede hacer de mi bienestar mi primera prioridad. Me debo a mí mismo el
prestar atención a las necesidades de mi cuerpo, de mi mente y de mi espíritu”.
“Poner primero
las cosas más importantes en momentos de
dificultades significa buscar la forma de dejar de lado mis cargas, aunque sea
por un momento, y encontrar tiempo para mí”.
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