8 SEPTIEMBRE
Muchos nos hemos
pasado la vida entera en rebeldía. Nuestra reacción inicial a cualquier tipo de
sugerencia es a menudo negativa. El rechazo automático a la autoridad parece
ser uno de mis defectos de carácter.
Un autoexamen
minucioso puede mostrarnos cómo reaccionamos ante el mundo que nos rodea.
Podemos preguntarnos si nuestra rebeldía contra la gente, los lugares, las
cosas y las instituciones es justificada.
Si escribimos lo suficiente, por lo general vemos más allá de lo que nos
han hecho los demás y descubrimos nuestra parte de responsabilidad en los
asuntos propios. Nos damos cuenta de que lo que nos hicieron no es tan
importante como la forma en que reaccionábamos a las situaciones en las que
estábamos.
Un inventario regular
nos permite examinar las pautas de nuestras reacciones ante la vida y ver si
somos proclives a la rebeldía crónica. A veces descubrimos que aunque sigamos
las sugerencias que nos hacen para no
arriesgarnos al rechazo, secretamente abrigamos resentimientos contra la
autoridad. Estos resentimientos, si los dejamos, pueden apartarnos de nuestra
recuperación.
El proceso de
inventario nos permite descubrir, evaluar y modificar nuestras pautas de
rebeldía. No podemos cambiar el mundo mediante un inventario, pero podemos
cambiar la forma de reaccionar ante él.
“Hoy quiero librarme de
la confusión de la rebeldía. Antes de actuar, haré un inventario de mí y
pensaré en mis auténticos valores”.
Buen día
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