2 SEPTIEMBRE
Ha llegado la hora
para mí de darme cuenta de que mi actitud hacia la vida que vivo y las personas
que en ella entran, puede tener un efecto tangible y mensurable en lo que me
suceda día tras día. La misma gracia de la cortesía concede ricas e inmediatas
recompensas en forma de calurosa
respuesta. El conocimiento que yo tenga de los demás –conocimiento
tolerante y no crítico- cambiará y
mejorará mi personalidad.
“Sé que si procuro
cada día colocar mi actitud y mi punto de vista sobre una buena base, ello
mejorará también todas las circunstancias de mi vida. Veré los resultados en la
reacción de otras personas y en el modo en que sean satisfechas mis necesidades
diarias.
El cuidado atento, el
amor y la amabilidad de mi parte se reflejarán en todo lo que ocurra en mi”.
Buen día
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