martes, 20 de septiembre de 2016

20 SEPTIEMBRE

20 DE SEPTIEMBRE

Cuando hago algo para otros, muchas veces me siento abrumado y exhausto. Cuando otros no viven de acuerdo como yo espero, me siento frustrado y caigo en la trampa del enojo, resentimiento  y autocompasión. Pero la verdad es que mi enojo, frecuentemente,  recae sobre mí, por permitir que otros despierten esos resentimientos en mí.

Uno de mis defectos parece ser una tendencia a hacer para otros lo que ellos pueden hacer por sí mismos, aun cuando ellos no aceptaran mi ayuda. Entonces siento autocompasión. ¿Soy parte del problema en lugar de ser parte de la solución?

Si me ubico en pensamientos negativos, me vuelvo duro contra mí mismo. En cambio, si  yo estoy en recuperación, soy bueno conmigo mismo. No espero perfección y acepto mi propia vulnerabilidad y la de otros.

Es más fácil aceptar a otros  cuando me conozco y me acepto a mí mismo; puedo dejar de ser mártir, reconocer mis limitaciones y luego volver a ser nuevamente un ser humano.

“Hoy dejaré de compadecerme y creceré en nuevas y saludables maneras”.    

Buen día

No hay comentarios:

Publicar un comentario