miércoles, 27 de enero de 2016

27 ENERO

¡Qué fácil es culpar a otros por todas nuestras desgracias!

Hoy he aprendido a resistir esta forma tan fácil de salir del problema y  a corregir lo que me sea posible. Ahora ya no culpo a ninguna persona. Culpabilizar me da una excusa constante para no tomar acción; al contrario, expreso mi enojo y frustración y entonces veo lo que yo puedo cambiar.

Existen algunas acciones que puedo tomar. En lugar de culpabilizar a otros por lo negativo en mi vida, puedo céntrame en lo positivo: salud, la luz del sol, trabajo interesante, un buen libro, algún incidente divertido.

Únicamente soy responsable por mis propias acciones. No necesito ofrecer excusas por el comportamiento de otros, como tampoco permitiré que se me culpabilice por sus errores.


“Hoy me responsabilizaré por mis propias acciones y sentimientos y no por los de otros.” 

No hay comentarios:

Publicar un comentario