viernes, 15 de enero de 2016

15 ENERO

Si alguien siente aversión por mí o se ofendió por algo que hice, debo primero considerar si fui yo quien originó la aversión o el resentimiento. ¿Se debe a algo que hice? ¿Necesito rectificarlo? Si es así, ¿soy propenso a justificar lo que hago cuando en realidad no es correcto? Al contestar a estas preguntas, puede practicar el arte de ser sincero conmigo mismo.

Si fui hiriente y me excuso por lo que hice, estoy levantando una segunda valla entre mí y la persona a quien ofendí. Debo derribar la primera valla siendo íntegro y reconociendo honradamente a mi falta.


“¡Qué alivio es reconocer que sólo soy un ser humano, que cometo errores, pero que estoy dispuesto a corregirlos! No puedo menos que sentirme a gusto conmigo mismo una vez que todo se ha aclarado.”

Buen día 

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