19 ENERO
¿Por qué dejo que mis
pensamientos se apresuren hacia el futuro? ¿Por qué persisto en imaginar tantas
cosas pavorosas que pueden o no pueden ocurrir? El pánico y la preocupación nunca
me han ayudado a resolver hoy, los problemas de la semana o el año entrante.
Cuando desperdicio el
tiempo imaginándome todos estos “quizás” y “si es que”, quedo tan agotado que
soy incapaz de manejar el hoy. Por otro lado, si me concentro en este día o en
esta hora y uso toda mi capacidad, no me dará tiempo para proyectar un futuro
que podría nunca llegar. Un hombre sabio dijo una vez: “es suficiente en cada
día el mal que viene con él”.
Finalmente, viviendo
sólo por hoy me ayuda a recordar que no necesariamente cada día es una lucha o
un deber. Hay dones en cada nuevo día: bondad, paciencia, generosidad, belleza,
amor. Cuando no pienso en el futuro como tampoco en el pasado, estoy listo para
vivir más plenamente este precioso día, con todos sus dones.
“Hoy me negaré a echar
a perder el hoy preocupándome por el mañana.”
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