Los padres normalmente son los primeros en reconocer
que su hijo tiene un problema. A menudo no saben lo que ocurre, pero
simplemente sienten que: “hay algo distinto en mi hijo”. Pero a menos que los síntomas sean fuertes, las dificultades se ignoran, y se les dice a los padres: “ya crecerá y perderá ese
hábito”. Lo
peor de todo es que a menudo se trata a los padres como si fueran demasiado
ansiosos o incluso neuróticos.
¿Te sientes familiarizado con esta escena?
Aunque ciertamente muchos niños acaban perdiendo
problemas que tenían de pequeños y que hay muchas
variaciones individuales dentro de los estados de desarrollo establecidos,
también existe un grupo de niños que, aunque aparentemente parecen “normales”, son
inmaduros en otros aspectos de su desarrollo. Si esta inmadurez persiste, los
niños pueden experimentar un abanico de dificultades en el aprendizaje y de
comportamiento a distintos niveles de su vida.
Acércate con
nosotros, donde podemos ayudarte de forma efectiva, en él área de Neurodesarrollo.
LIC. ALEJANDRA BRINGAS CORREA
Terapeuta en Neurodesarrollo y Kinesióloga
Educativa
Tels Consultoría 55401568 y 55401582
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