21 MARZO
¿Quién sabe si el
mañana será bueno o no?
Hoy sé que debo vivir
el “hoy”. Esto nos da el consuelo y la seguridad de que no necesitamos cargar o
con las miserias del pasado, ni anticipar las que puedan venir.
Siempre recordaré que
“hoy” es el único que me concierne, y que he de convertirlo en un día tan bueno
como sea posible. Esta porcioncita de tiempo me pertenece y la usaré para
realizar lo que necesito hacer y, a la vez, reflexionar y disfrutar de la vida.
“Vivir un día a la
vez, distribuyendo el tiempo conscientemente entre actividades útiles y
placenteras, puede ofrecerme lo que se llama la sal de la vida. Esto tiene
además la ventaja de ayudarme a olvidar mis problemas, lo cual a menudo resulta
la forma más fácil y más lógica de resolverlos”.
“Haré que este día sea
feliz, porque sólo yo puedo determinar qué clase de día será”.
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