20 MARZO
La aceptación y la
entrega son dos actitudes que nos abren todas las puertas en el modo de vivir.
Para muchos, sin embargo, son las más difíciles de adoptar. No importa cuán
arduamente la vida nos haya golpeado, todavía nos aferramos a la idea que la
aceptación y la entrega son una especie de renuncia desesperada, una debilidad
de carácter. ¡No! La “aceptación” significa simplemente admitir que hay cosas
que no podemos cambiar. Al aceptarlas, ponemos fin a nuestros forcejeos inútiles
y liberamos nuestra mente y nuestra energía para trabajar en cosas que podemos
cambiar. La entrega o sumisión quiere decir que abandonamos nuestra obstinación
y la aceptamos.
“No tengo que aceptar
la vida miserable que va emparejada con mis problemas. Nadie puede desviar mis
pensamientos, a menos que yo lo permita”.
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