7 MARZO
“Esto entraña una
ironía: la persona que intenta manipularte lo hace porque considera que tienes
más fuerza o poder que ella”. George H. Green
Casi todos recurrimos
a la manipulación de vez en cuando para conseguir algo que queremos. A veces
nuestras manipulaciones son inofensivas, incluso festivas. Las dos personas
están conscientes de que se está dando una manipulación de bajo nivel. Ambas
desean básicamente que el manipulador se esfuerce tanto por conseguir: salir a
cenar, al cine, a pasear por el parque. No es algo del otro mundo.
En otras ocasiones,
las apuestas son mayores y las personas involucradas no las aceptan. En estos casos las
manipulaciones pueden ser perjudiciales. Cuando no sabemos lo que queremos,
cuando no señalamos claramente a los demás –o nosotros mismos no sabemos- lo
que sentimos, entonces se da una manipulación.
Unas veces las
manipulaciones son conscientes y deliberadas; otras son intentos inconscientes,
ocultos, por conseguir lo que queremos.
“Si un encuentro te
deja con un mal sabor de boca, es probable que entrañe una manipulación de
algún tipo”. ¿No es irónico que a veces el mismo sentimiento que intentamos
negar es precisamente el que necesitamos sentir para cuidarnos?
La próxima vez que
enfrentes una situación que te deje con un mal sabor de boca, concédete un
momento para examinar si no entrañó una manipulación. Cada vez que los demás
traten de manipularte, recuerda que es porque consideran que tienes algo que
ellos quieren o que eres más poderoso que ellos. Si eres lo bastante poderoso
para ser blanco de sus manipulaciones, también debes ser lo bastante poderoso
para cuidar de ti mismo.
“Hoy podré deshacer mi
creencia de que debo manipular a los demás para conseguir lo que quiero.
Impediré que los demás me manipulen”.
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