lunes, 25 de abril de 2016

25 ABRIL

25 ABRIL
Un poco de meditación en la palabra perdonar puede ampliar y profundizar grandemente nuestra comprensión de ese término.
Se nos pide que perdonemos a los que nos perjudican. A menos que primero hayamos juzgado y condenado a esas personas por lo que han hecho, no habrá razón para que las perdonemos. Más bien tendremos que perdonarnos a nosotros mismos por haberlas juzgado.
Erramos, pues, si juzgamos, no importa cuán grave haya sido el perjuicio o con cuanta premeditación haya sido hecho. Si seguimos esta línea de pensamiento hasta su conclusión lógica, vemos que podemos perdonarnos únicamente a nosotros mismos. Al hacerlo también perdonamos a la persona cuya acción nos ha provocado resentimiento.
“La expresión “amarás a tu prójimo como a ti mismo” me dice que debo hacer las paces conmigo mismo antes de estar en condiciones de aprender a amar a otros. Debo tener presente siempre que no puedo conocer los motivos ni todas las circunstancias de otras personas, por eso debo aceptarlas, por mi propio bien, tales como son. Un ingrediente importante de esa aceptación es la tolerancia motivada por el afecto”.
Buen día

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