3 SEPTIEMBRE
Antes tenía
una vida a base de sueños y promesas reservados para ese momento especial
llamado “algún día”. Algún día comenzaré – o terminaré- ese proyecto. Algún día
llamaré a aquel amigo del cual me he distanciado. Algún día les dejaré saber
cómo me siento. Algún día seré feliz. Voy a hacer ese viaje, encontrar trabajo,
decir lo que pienso… Algún día. Espera y lo verás.
Espera – como
yo esperé a que la inspiración trajera hasta mi puerta amistades interesantes y
oportunidades de trabajo, o a que todas las demás personas cambiasen. Pero la
recuperación me ha ayudado a descubrir que hoy puede ser ese algún día que he
esperado desde siempre. No hay tiempo suficiente en estas veinticuatro horas
para hacer todo aquello que siempre he querido, sin embargo hay tiempo para
comenzar a hacer que mis sueños se conviertan en realidad. Si pido a la vida
que me guíe y doy un pequeño paso en la dirección que he elegido, podré llevar
a cabo más de lo que nunca hubiese creído posible.
“Hoy no
esperaré una eternidad o un día lluvioso o ese “algún día”, para concretar las
cosas buenas de la vida”.
Buen día
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