6 MARZO
A menos que quieras
pelear o discutir, no des a las personas razones que puedan usar en tu contra.
Ésa es una clave para
congeniar con personas enojadas o que tengan puntos de vista de los que
difieras. Al hablar con ellas, mantente tan relajado que hasta puedas
permitirte sentir empatía por lo que piensan y sienten. Pero esto no quiere
decir que debas ceder ante cualesquiera de sus caprichos. Más bien quiere decir
que te mantengas tan lúcido y enfocado que puedas dejar realmente que los demás
sean como son.
Resulta tan ingenuo
como mezquino pensar que todos piensan y sienten lo mismo que nosotros. Es
ridículo creer que todos van a aceptar nuestro punto de vista. Una de las
verdaderas pruebas de que una persona está madurando mentalmente es que
reconoce que cada persona tiene motivos, deseos y sentimientos propios.
“En vez de responder a
un ataque verbal con un contraataque verbal, primero responde circunvalando el
punto de vista de tu atacante, analizando la situación desde su punto de
vista”, escribió George Laonard en “Way of Aikido”.
Él hablaba de usar un
concepto llamado “combinación” para enfrentar las confrontaciones verbales de
nuestra vida diaria. “La respuesta, ya sea física o verbal, resulta
desconcertante para el atacante porque lo deja sin un blanco al cual apuntar.
Es un medio que te permite multiplicar
tus opciones para responder a cualquier clase de ataque”.
Si la persona que
adopta cierto punto de vista sólo pretende provocar nuestra reacción o no tiene
intenciones de reconciliación, aún podemos neutralizar el conflicto
manteniéndonos relajados, dejando que la otra persona sea como quiera. Es una
forma educada de decirle “Que sea lo que sea”, en vez de expresarle tú
desacuerdo, lo que sólo daría lugar a una discusión insensata. En el peor de
los casos te volverás un gran conversador, un arte respetable que vale la pena
dominar. En el mejor de los casos aportarás un poco de paz al mundo, al menos
en tu rincón del mundo.
“Hoy lucharé por saber
perfectamente quién soy para que pueda darme el lujo generoso de dejar que los
demás sean como son. Debo dejar a un lado mi conducta defensiva y aprenderé a
combinarme con los demás y a entender su punto de vista pero sin que eso
implique que yo renuncie al mío”.
Buen día
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