16 MARZO
Algunos nos aferramos
a los resultados. Pensamos que un proyecto o una relación deben resultar en
determinada forma.
A veces nos aferramos
tanto al resultado de algo que no prestamos atención a la forma en que siente
esa cosa. Nos aferramos tanto en casarnos con la persona con la que salimos que
dejamos de preguntarnos si realmente nos gusta. Nos empeñamos tanto en que se
publique ese libro de fotografías y seamos famosos que ya no recordamos si
sentimos pasión por lo que fotografiamos. Nos enfocamos a tal grado en que
todos nos feliciten por nuestra maravillosa fiesta que hasta olvidamos
relajarnos y divertirnos.
Realizamos el
esfuerzo, pero tratamos de controlar tanto el flujo como el resultado del asunto.
“La vida está en los
detalles”, dijo un día un maestro de redacción. Él se refería a que cuidáramos
cada detalle: el color del cielo, la textura de la cama, los matices de los
sentimientos del personaje principal, el guiño de su ojo.
Sin embargo, hay otra
forma de interpretar sus palabras, a saber, confiar en que el Universo está presente en cada detalle de nuestras
vidas. Reconoce cuáles son tus sueños y centra tu atención en aquello que
quieres. Pero enfócate en los detalles de tu vida: cómo sientes cada momento,
los pormenores de lo que haces. No te enajenes tanto con los resultados que te
olvides de lo divertido que es vivir.
Recuerda que la Vida
está en los detalles, en especial en la forma en que salen las cosas.
“Hoy seré claro
conmigo respecto de lo que quiero en la vida. Estaré pendiente de los detalles
de cada momento de cada día, haciendo con pasión lo que haga”.
Buen día
Buen día
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