15 ENERO
Si alguien siente
aversión por mí o se ofendió por algo que hice, debo primero considerar si fui
yo quien originó la aversión o el resentimiento. ¿Se debe a algo que hice?
¿Necesito rectificarlo? Si es así, ¿soy propenso a justificar lo que hago
cuando en realidad no es correcto? Al contestar a estas preguntas, puede
practicar el arte de ser sincero conmigo mismo.
Si fui hiriente y me
excuso por lo que hice, estoy levantando una segunda valla entre mí y la
persona a quien ofendí. Debo derribar la primera valla siendo íntegro y
reconociendo honradamente a mi falta.
“¡Qué alivio es
reconocer que sólo soy un ser humano, que cometo errores, pero que estoy
dispuesto a corregirlos! No puedo menos que sentirme a gusto conmigo mismo una
vez que todo se ha aclarado.”
Buen día
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