martes, 19 de julio de 2016

19 JULIO

19 JULIO

Cuando mi espíritu atormentado y mis confusos pensamientos no hagan más que dar vueltas sobre sí mismos y trate de persuadirme de la irracionalidad de este estado de ánimo, quizá me convenga dejar de razonar y aferrarme a una sola idea, que me produzca sosiego y serenidad. Esa idea es: Mantenlo simple.

Probablemente yo no pueda hacer nada en este instante, en este minuto, en esta hora, en este día, para resolver el problema que me perturba. Entonces, ¿por qué me atormentó?

Dejaré de imaginarme distintos modos y métodos. No reconstruiré, una y otra vez, los mismos pensamientos tan amargos que sólo me pueden enfermar físicamente. Me vaciaré la mente de toda esta perplejidad y me aferraré sólo a una idea sencilla mientras espero.


Lo que me causa dificultades a menudo es demasiado complejo para el razonamiento humano. Lo cierto es que su realidad solamente es producto de mis confusos pensamientos.  Si me detengo por un instante y me recuerdo a mí mismo que debo mantenerlo simple, me encontraré volviendo a la cordura. 

Buen día

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