30 ENERO
No me convertiré en
víctima de la autocompasión ni del resentimiento, si puedo verme claro y
sinceramente en relación con las circunstancias por las cuales atravieso. Si
hago lo que debo, estaré en paz conmigo.
Sólo cuando comparo mi
suerte en la vida con la de los demás, me sumo en la destructiva emoción de la
autocompasión. Únicamente si me ofendo por lo que hacen los otros, me afligirá
el resentimiento. Si sé que procedo bien, no necesitaré la admiración ni el
aplauso de los demás. Esto es agradable, pero no esencial para mi
contentamiento.
Aprenderé a juzgar mis
motivos y a valorar mis actos, a fin de que poco a poco pueda colocarlos a la
altura de mis normas e ideales.
“Nada puede herir mis
sentimientos ni provocar en mí emociones nocivas a menos que yo lo permita.
Realizaré lo que se me ha encomendado de la mejor manera posible. En esto
consistirá mi seguridad interior, contra la cual todo asalto exterior será
ineficaz.”
“Trabaja, no como
quien se siente menoscabado, ni tampoco como quien es objeto de lástima o de
admiración. Oriéntate hacia una sola cosa, muévete hacia ella y examínate a
toda hora.” Marco Aurelio (meditaciones)
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