miércoles, 20 de diciembre de 2017

20 DICIEMBRE

20 DICIEMBRE

Hay que evitar el temor como a una plaga. El temor, aun el más pequeño, es un debilitamiento de los lazos de la fe que nos unen a la vida. Por pequeño que sea el disgusto, con el tiempo esos lazos  se irán haciendo más delgados, y entonces algún desengaño o desazón hará que los lazos se revienten. De no ser por los pequeños temores, los lazos de la fe habrían permanecido firmes. Hay que evitar la depresión, que está aliada al temor. Hay que recordar que todo temor implica una deslealtad a la vida. Es una negación de su cuidado y protección.


“Que nada me haga temer demasiado.”

Buen día 

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