martes, 18 de abril de 2017

RESOLVER PROBLEMAS Y CONFLICTOS EN FAMILIA

               TERAPIA DE FAMILIA

Resolver problemas y conflictos en familia:

Los padres desearíamos que nuestros hijos vivieran lejos de cualquier problema, por lo general tratamos de proteger a nuestros hijos de la frustración o del dolor, sin darnos cuenta de la gran capacidad que tienen para resolver las situaciones difíciles a las que están expuestos. Antes de que lo intenten, nosotros ya tenemos la solución, les damos una ayuda que no necesitan o tomamos decisiones que ellos son capaces de asumir. Cuando aceptamos que el problema es de nuestro hijo y no nuestro, podemos apoyarlo mucho mejor.

Es importante estar disponible y escuchar a nuestro hijo cada vez que tenga una dificultad, para mantener una relación de confianza, pero no resolver el problema por él. Nuestro papel es estimularlo a superar obstáculos, no eliminarlos de su camino.

¿Qué pasos debemos seguir para solucionar problemas?          
Identificar el problema

El solo hecho de reconocer y definir el problema con claridad, plantearlo en forma sencilla, concreta y específica, es un gran paso para su solución. La clave es escuchar a nuestro hijo con plena atención y tratar de descubrir lo que verdaderamente le aflige. Hablar con nosotros y sentirse comprendido puede ayudarlo aponer en claro los sentimientos y a comprender mejor su dificultad.

Analizar el problema
Examinarlo más a fondo para descubrir su verdadera causa: “¿Quisieras que revisemos el problema?” “¿Qué sucede?” “Cuál podría ser la causa?”. Es importante ayudar a nuestro hijo a identificar cuál es su parte en el asunto. Al asumir su responsabilidad, en vez de culpar a otros, adquiere el poder para hacer algo para resolverlo.

Explorar las posibilidades de solución con nuestro hijo
“Si quieres lograr esto, ¿Qué tienes que hacer?”.
Nuestro trabajo como padres es ayudar a nuestro hijo a descubrir que cada problema puede tener muchas soluciones; animarlo a expresar cualquier idea que llegue a su mente. Hacer una “lluvia de ideas”, y la única regla es no criticar ni descalificar ninguna aportación.

Elegir una solución
“¿Cuál idea será mejor….”? Conviene discutir y comparar con nuestro hijo las diferentes opciones para que él escoja la que le parezca la más

 adecuada; ayudarlo a evaluar cada acción que necesite llevar a cabo y preguntarle: “¿Qué crees que suceda si haces esto… o esto otro?”

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