jueves, 20 de abril de 2017

20 ABRIL

20 ABRIL

Muchos procedemos de familias seriamente dañadas. A veces la locura que reina entre nuestros parientes resulta agobiante. Por momentos tenemos ganas de preparar la maleta e irnos lejos, muy lejos.

Esperamos con fe que los miembros de nuestra familia se nos unan a esta nueva vida, pero para nuestra gran tristeza, esto no siempre sucede. A veces, a pesar de todos nuestros esfuerzos por llevar el mensaje, vemos que no podemos ayudar a quienes más queremos. Ahora sabemos que estamos demasiado cerca de nuestros familiares para ayudarlos y estamos listos para dejarlos ir. 

Hemos visto que cuando no tratamos de arreglar los problemas de nuestros familiares, les damos el espacio que necesitan para resolver sus propios asuntos. Al recordarles que no podemos resolver los problemas por ellos, nos damos la libertad de vivir nuestra vida. Muchas veces lo mejor que podemos brindar a nuestros seres queridos es el ejemplo de nuestra recuperación continua. Por el bien del sano juicio de nuestra familia y el nuestro, debemos dejar que nuestros familiares encuentren su propia manera de recuperarse.


“Hoy recordaré que sólo podemos cambiar nosotros mismos”.

Buen día

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