TERAPIA
DE FAMILIA
Resolver problemas y conflictos en familia:
Los padres desearíamos que nuestros hijos
vivieran lejos de cualquier problema, por lo general tratamos de proteger a
nuestros hijos de la frustración o del dolor, sin darnos cuenta de la gran
capacidad que tienen para resolver las situaciones difíciles a las que están
expuestos. Antes de que lo intenten, nosotros ya tenemos la solución, les damos
una ayuda que no necesitan o tomamos decisiones que ellos son capaces de asumir.
Cuando aceptamos que el problema es de nuestro hijo y no nuestro, podemos
apoyarlo mucho mejor.
Es importante estar disponible y escuchar a
nuestro hijo cada vez que tenga una dificultad, para mantener una relación de
confianza, pero no resolver el problema por él. Nuestro papel es estimularlo a
superar obstáculos, no eliminarlos de su camino.
¿Qué pasos debemos seguir
para solucionar problemas?
Identificar el problema
El solo hecho de reconocer y definir el
problema con claridad, plantearlo en forma sencilla, concreta y específica, es
un gran paso para su solución. La clave es escuchar a nuestro hijo con plena
atención y tratar de descubrir lo que verdaderamente le aflige. Hablar con
nosotros y sentirse comprendido puede ayudarlo aponer en claro los sentimientos
y a comprender mejor su dificultad.
Analizar el problema
Examinarlo más a fondo para descubrir su
verdadera causa: “¿Quisieras que revisemos el problema?” “¿Qué sucede?” “Cuál
podría ser la causa?”. Es importante ayudar a nuestro hijo a identificar cuál
es su parte en el asunto. Al asumir su responsabilidad, en vez de culpar a
otros, adquiere el poder para hacer algo para resolverlo.
Explorar las posibilidades de
solución con nuestro hijo
“Si quieres lograr esto, ¿Qué tienes que
hacer?”.
Nuestro trabajo como padres es ayudar a nuestro
hijo a descubrir que cada problema puede tener muchas soluciones; animarlo a
expresar cualquier idea que llegue a su mente. Hacer una “lluvia de ideas”, y
la única regla es no criticar ni descalificar ninguna aportación.
Elegir una solución
“¿Cuál idea será mejor….”? Conviene discutir y
comparar con nuestro hijo las diferentes opciones para que él escoja la que le
parezca la más
adecuada; ayudarlo a evaluar cada acción que
necesite llevar a cabo y preguntarle: “¿Qué crees que suceda si haces esto… o
esto otro?”