7 OCTUBRE
Sentía que mi vida
estaba suspendida. Quería cambiar, lo esperaba, hasta intenté forzar un cambio.
Pero no tenía la capacidad de concretar los cambios que deseaba. Estaba
frustrado. Soy una persona de acción, por tanto me siento mejor cuando estoy
ocupado y trabajando. Existe un momento de actuar. Pero hoy estoy aprendiendo
que también hay un momento para “no actuar”, para pararse y esperar. “No basta
con actuar, siéntate y espera”.
Cuán a menudo me
encuentro todavía impaciente con el ritmo de la vida. Pero hoy, cuando las
cosas no suceden de acuerdo con mis planes, puedo entender que haya una razón y
puedo aprender a aceptar la realidad. Puede que esté experimentando grandes
cambios en mi interior aunque se vea poca evidencia en el exterior. Debo tener
presente que tiempo de espera no necesariamente significa tiempo perdido. Aun
los momentos de quietud tienen algo que enseñarme.
“La invitación para
vivir plenamente se me ofrece a diario. Hoy puedo aceptar el ritmo del cambio
sabiendo que me traerá momentos de actividad y momentos de espera. Dejaré que
las sorpresas del día se revelen ante mí”.
Buen día
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