martes, 27 de noviembre de 2018

27 NOVIEMBRE


27 NOVIEMBRE

Un poeta una vez dijo que la adversidad presenta el hombre a sí mismo.

Para mí, es lo mismo que la adversidad “imaginada”. Si espero que otra persona reaccione de cierta manera en una situación dada  y ella no satisface mi expectativa –bien, entonces no tengo el derecho a sentirme defraudado o enfadado. Ocasionalmente, todavía tengo sentimientos de frustración cuando las personas no actúan o reaccionan cuando pienso que debieran hacerlo. A través de esa adversidad imaginada, o más bien, que me causé a mí mismo, me topé cara a cara con mi antiguo ego, el que quería controlar todo. ¿Ha llegado para mí el momento de finalmente dejar de esperar y empezar a aceptar?

“Que deje de poner palabras en la boca de las personas, programándolas –en mi mente- para que reaccionen como espero. Las expectativas me han engañado antes: yo esperé amor abundante y protección de mis seres queridos, perfección de mí mismo, la atención exclusiva de gente conocida. En el lado adverso, anticipaba fracasar, y ser rechazado por los demás. Que deje  de pedir prestados del futuro problemas o triunfos.”

“Aceptar. No esperar.”


Buen día

No hay comentarios:

Publicar un comentario