22 NOVIEMBRE
Fuimos hechos
para estar a gusto en el mundo. Sin embargo, algunas personas viven una vida de
desesperación callada. Esto es lo contrario de vivir a gusto y en paz en el
mundo. Hay que dejar que la paz sea evidente para quienes nos rodean. La gente
debe ver que estamos contentos, y al verlo, saber que eso surge de nuestra
confianza en nosotros. La resignación penosa y dura no es grata, quita la
fuerza al viento de la adversidad, y trae la paz aun en medio de la lucha.
“Que me sienta
contento con mi nueva forma de vivir. Hoy puedo sentirme satisfecho y en paz
dentro de mí mismo.”
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