18 ABRIL
Debo esforzarme por
lograr dar una amistad y ayuda que pueda afectar a todo aquel que se acerque a
mí. Debo tratar de ver en ellos algo que amar: Debo recibirlos bien, otorgarles
pequeñas cortesías y una gran comprensión para poder ayudarlos cuando lo
soliciten. Debo no despedirme de ninguno sin una palabra de consuelo, sin un
sentimiento de que realmente me preocupo por él. Puede haber en él un pensamiento desesperado
de venir a mí. Puede tener profundas necesidades que no me expresará sino hasta
estar seguro de una cálida recepción.
“Hoy recibiré
cálidamente a todos lo que vengan a mí buscando ayuda. Pido poder hacerles
sentir que realmente me preocupo por ellos”.
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