16 JUNIO
Es difícil perdonar a
quienes nos han lastimado, nos han desilusionado o nos han hecho sentir
denigrados. Nos aferramos a nuestras amarguras en contra de ellos. Tales
sentimientos llenan el tiempo que podríamos pasar escuchando música, viendo una
buena pintura o caminando en el bosque. ¡Qué bueno sería si pudiéramos
librarnos de los malos recuerdos y heridas!
¿Qué podemos hacer con
nuestras heridas y desilusiones?
Con el tiempo he
encontrado instrumentos para ayudarme a superarlas. Estoy alentado a dejar
atrás los resentimientos concentrándome en la gratitud.
“Hoy superaré mis
dolores enfocándome en mis bendiciones”.
Buen día
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