4 DICIEMBRE
En el pasado,
muchos de nosotros aprendimos a tomar decisiones basándonos estrictamente en
nuestros sentimientos, como si los sentimientos fueran hechos concretos. Si
sentíamos miedo de actuar, por ejemplo, entonces mejor lo evitábamos. No había
opciones ni margen de maniobra para más de un sentimiento a la vez.
He aprendido
que los sentimientos no son hechos concretos. Soy un ser humano muy complejo y
fascinante con una amplia gama de emociones, experiencias y pensamientos. Mi
identidad es mucho más que un sentimiento o un problema. Poseo muchas
contradicciones. Puedo valorar mis sentimientos sin permitirles que dicten mis
acciones.
Hoy puedo
irritarme con una persona y amarla de todos modos. Puedo sentir temor ante
experiencias nuevas y, sin embargo, seguir adelante con las mismas. Puedo
superar heridas sin dejar de amar. Y también puedo estar triste y aún tener
confianza en volver a ser feliz otra vez.
“Hoy estoy
aprendiendo a comprender mi complejidad y mis contradicciones y a estar
agradecida por la riqueza que representan.”
Buenos días
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