jueves, 9 de junio de 2016

9 JUNIO

9 Junio

¡Cuántas cosas admirables podrían ocurrir en mi vida si pudiera desprenderme de mi impulso natural a justificar mis acciones! ¿Está la honradez tan profundamente reprimida bajo capas de culpabilidad que me resulta imposible recurrir a ella para comprender mis propios motivos? No es fácil ser honrado con uno mismo. Es difícil investigar por qué tengo este o aquel impulso que rige mis acciones. Nada nos hace más vulnerables que soltar la muleta de las excusas.

Sin embargo, sé que el autoengaño multiplica mis problemas. ¿Cómo puedo corregir esto?

“Hoy elegiré nada más que un defecto de carácter que yo pueda reconocer sin embages, y lo desecharé de mi personalidad con ayuda del razonamiento. Digamos que analizo mi impulso al resentimiento. Si me convenzo de su inutilidad, observaré en mi experiencia cambios inesperados y bienvenidos.
Examinaré los motivos reales que impulsan cada una de mis decisiones que implican tomar una decisión. Si esto me muestra que me estoy engañando a mí mismo en cuanto a mis verdaderos móviles, procuraré corregir este autoengaño en su origen”


Buen día

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